26 Febrero 2020

Miércoles de Ceniza inicio de la Cuaresma

La Iglesia Particular de Nuevo Casas Grandes, se dispone para iniciar con mucha ilusión el tiempo de la Cuaresma. El sencillo gesto con que celebramos este Miércoles de Ceniza, se nos vuelve a presentar como una nueva oportunidad para renovarnos profundamente en el Misterio de Amor que se celebra en la Cruz del Señor; es un amor que por sí mismo nos transforma continuamente.

El Papa Francisco en su mensaje que nos ha dirigido para esta Cuaresma 2020, nos dice que «Debemos volver continuamente a este Misterio, con la mente y con el corazón». Es la necesidad que tenemos de dejarnos salvar una y otra vez, nos dice, de sabernos liberados de la culpa cuando nos acercamos con arrepentimiento para confesar nuestros pecados, cuando dejamos que nos purifique. En ese «cara a cara» con el Señor que se vive a través de la oración, y que hemos de sentir como una necesidad que tenemos de abrirnos a la presencia del Dios del amor que continuamente nos sale al encuentro.

La cuaresma nos presentara en la liturgia varias imágenes o figuras a través de las cuales podemos vivir intensamente su efecto renovador: en primer lugar el desierto, que nos ayuda a dejar de lado la presuntuosa tentación de pensar «que somos nosotros quienes decidimos el tiempo y el modo de nuestra conversión», porque con su palabra y todos los signos de su amor, Dios nos lleva a la experiencia de su misericordia siempre gratuita. El Agua Viva que es ofrecida a la Samaritana, la Luz que es recobrada por el Ciego, la Vida que es recuperada, de una manera sencilla nos orientan a renovar la gracia de nuestro Bautismo, de frente a unos tiempos que nos reclaman una actitud más acorde, frente al desmedido agobio que los graves males nos dejan como efecto en los corazones; un mundo que nos exige dejarnos «reconciliar con Dios» de modo que lleguemos a ser sensibles ante las estructuras a través de la cuales se «hace normal» el pecado. 

En la Cuaresma cada comunidad parroquial, con los propios dinamismos de la pastoral y la liturgia, nos permitirá que Dios y su Amor alcancen el propio corazón, la vida, para ser trasformados y poder así experimentar «de una manera renovada» la salvación que brota de la Cruz de Cristo para todos nosotros. Que todos podamos dar un buen comienzo a este tiempo de gracia con gran fervor.

Pbro. Lic. Alonso Bejarano Briseño
Vocero de la Diócesis.